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Dossier |
1. Solidaridad más allá de las fronteras: un artista estadounidense conmemora con su obra a los desaparecidos argentinos y de América Latina. "El arte funciona como centinela" Brian Carlson es un artista plástico estadounidense de vista en nuestro país –no por primera vez-. Explica en esta nota el significado de ser, en Estados Unidos, un pintor de víctimas de las represiones latinoamericanas, y sobrevivir para contarlo. Efecto de la "nube tóxica" del Plan Cóndor. Daniel Enzetti, para Tiempo Argentino Nació en Estados Unidos, y hasta hace pocos años, no
sabía absolutamente nada sobre el genocidio argentino. Pero visitar la ex ESMA
le formateó la cabeza… y sus manos. Lleva realizados 850 retratos de
secuestrados y asesinados durante distintas dictaduras latinoamericanas, en una
imponente colección llamada Aparecidos. Son acrílicos sobre cartón que Brian
Carlson muestra alrededor del mundo para "traerlos nuevamente al presente,
en forma de memoria". –Si bien la desaparición de personas tiene
antecedentes en el nazismo y en la escuela represiva francesa, el tema siempre
se asocia con la dictadura argentina. ¿Qué sintió cuando escuchó la palabra
"desaparecido" por primera vez? --Fue en la ex ESMA en 2007, mientras
narraban lo que había ocurrido en la Argentina durante la dictadura. El término
cobró un profundo significado para mí desde ese momento. Sentí tangiblemente
–desde las paredes, desde el piso, desde el aire mismo desesperación,
sufrimiento increíble, desesperanza. Me afectó muchísimo, y en el espacio de
muerte al que llamaban "Capuchita" prometí a esos
"desaparecidos" regresar algún día con un Memorial que los recordara. –Su trabajo también se extendió a otros países
latinoamericanos. –Aquello de
la ex ESMA arrancó con desaparecidos argentinos, pero luego tomé contacto con
uruguayos, paraguayos, chilenos. Terminé de entender que la metodología
siniestra había sido la misma en toda Latinoamérica. –El Plan Cóndor gestado desde Estados Unidos
coordinó distintas dictaduras sudamericanas. ¿Cómo lo analiza, habiendo
nacido allí? –He
investigado el Plan Cóndor, y soy consciente de la complicidad norteamericana
en sus tóxicas agendas. Leí archivos de Augusto Pinochet y muchos otros
documentos que prueban el entrenamiento dado por mi país a los dictadores del
Cono Sur. Apoyo que se plasma en tiempos actuales, con los intentos de
derrocamiento de Hugo Chávez en Venezuela y en el tácito respaldo a los
déspotas en Honduras. Sobre tu pregunta, siento profunda vergüenza. Hay muchas
cosas maravillosas que han tejido la trama de Estados Unidos, pero cuando el
país se transformó en imperio, cuando comenzó a dominar a través de la
explotación, subvirtió el concepto de cualquier cosa buena que haya existido. –En su blog dice que la figura
"aparecido" es la más indicada para "traerlos" nuevamente
al mundo en forma de memoria. Da la impresión de que sólo el arte puede lograr
eso. –El
"arte de la memoria" es significativo. Es una forma de comunicación
que ayuda a concientizar, y ahí está su potencial. Y el potencial que tiene con
respecto a los crímenes de lesa humanidad es mostrar sus imágenes. El arte
funciona como centinela, sirve para encapsular la esencia de los más grandes
sentimientos de la humanidad. Se convierte en la crónica de la historia y, en
este caso, es la narración de la lucha mantenida por los defensores de los
Derechos Humanos, y lo ocurrido con miles de crímenes. –
¿Hay información en Estados Unidos sobre estos temas? –En mi país,
el desconocimiento de lo sucedido en Latinoamérica es casi total. Diría que un
98% de la gente no sabe lo ocurrido con las dictaduras. Es terrible lo que voy
a decir: sólo se conoce lo que sale en las películas. Por ejemplo, sí se sabe
que existió Evita… algo que deben agradecérselo a Madonna. –
¿Y sus colegas? ¿Qué opinan los referentes del arte sobre
su obra? –Mis
compatriotas se preguntan el porqué de mi compromiso con este Memorial y con
cosas que sucedieron hace 40 años. Respetan lo que hago, pero no entienden su
significado. Esto me permite explicarles que los hechos de los '70 y '80 son extremadamente
actuales, por dos razones. La primera es porque se están llevando a cabo
juicios, de modo que la búsqueda de justicia para crímenes de lesa humanidad es
noticia diaria y de interés en los países que cayeron bajo la tóxica nube del
Plan Cóndor. La segunda, porque en muchos países del mundo sigue habiendo terrorismo
de Estado y genocidios. –Hábleme de sus pinturas... –Las fui cambiando de a poco.
Antes me enfocaba en imágenes de grupos, con pinceladas gruesas hechas para ser
vistas a la distancia. Pero comprendí que el Memorial debía apuntar a lo
individual. Los retratos varían según lo que me transmite cada persona, y por
eso, ni tengo fórmulas sobre mi manera de hacerlos, ni existen pinturas que se
parezcan.
2. Una Tercera Guerra Mundial no declarada A quienes en razón del multiculturalismo de nuestra región
niegan la existencia del concepto de América latina, reduciéndolo a una
denominación despectiva atribuida a los franceses, cabe responderles que
América latina es mucho más que un concepto: es una realidad unitaria y
perfectamente reconocible, como producto complejo de casi todas las atrocidades
cometidas por el colonialismo en el planeta. Desde el siglo XV los europeos ocuparon policialmente
nuestro continente con parte de su población marginada, que trajo las
infecciones que en pocos años mataron a la mayor parte de los habitantes
originarios. A los sobrevivientes los redujeron a servidumbre. A poco de andar, para reemplazar a la población eliminada,
cometieron el atroz crimen de desplazamiento masivo de africanos esclavizados.
En lo sucesivo, el mestizaje de colonizadores con originarios y africanos fue
objeto de desprecio. Cuando se prohibió el tráfico negrero, algunos asiáticos
fueron también esclavizados por el Pacífico. Desde las últimas décadas del siglo XIX se produjo un
masivo desplazamiento de población desde los países europeos atrasados en el
proceso de acumulación originaria hacia el sur de nuestra región. Los
perseguidos y hambrientos de las dos guerras mundiales llegaron con
posterioridad. (...). No hay un hombre cósmico en nuestra Patria Grande, pero
hay un ser humano latinoamericano cuya dignidad de persona ha sido negada
planetariamente por el colonialismo y que se abre paso lentamente contra éste.
(...). Desde los años setenta del siglo pasado, con la crisis del
petróleo, la política colonialista cambió en los propios centros de poder, con
inevitables consecuencias periféricas. Se abandonaron las ideas de sociedades
incluyentes, de Estado de Bienestar y de economía keynesiana, pasando al
fundamentalismo de mercado, o sea, a una ideología que otorga amplia libertad
de acción al capital financiero e impone necesarios modelos de sociedades excluyentes.
(...). En esta fase superior del colonialismo no se ocupan
territorios policialmente, como en el colonialismo originario, derrotado por
los libertadores; tampoco se acude a oligarquías vernáculas que mantengan a la
población en servidumbre, como las que los pueblos desplazaron hace un siglo;
tampoco se psicotiza a las fuerzas armadas para que ocupen los territorios por
cuya soberanía debían velar, porque ya no son confiables y provocan alta
resistencia popular. (...). En la periferia, en esta fase superior del colonialismo, se
opera tratando de imponer gobernantes que cuiden los intereses del capital
financiero transnacional o procurando destituir a quienes le opongan
resistencia o descalificar a los políticos que los denuncian. Para eso se vale de la opinión pública, convenientemente
configurada por los medios masivos de comunicación monopolizados (en particular
la televisión, en manos de conglomerados que forman parte del mismo capital
transnacionalizado), de los políticos inescrupulosos o tontos útiles, de sus
lobbistas (o corruptores especializados), como también de los técnicos
políticamente asépticos, esterilizados en los autoclaves de sus think tanks
centrales. Deber ser
Los derechos humanos plasmados en tratados, convenciones y
constituciones son un programa, un deber ser que debe llegar a ser, pero que no
es o, al menos, no es del todo. Por tal razón, no faltan quienes minimicen su
importancia, incurriendo en el error de desconocer su naturaleza. Estos
instrumentos normativos no hacen –ni pueden hacer– más que señalar el objetivo
que debe alcanzarse en el plano del ser. Su función es claramente heurística. Quien los desprecia cae en una trampa ideológica: la
repetida frase de Marx acerca del derecho, cuando se la toma como una
inevitable realidad, sólo deja a los excluidos el camino de la violencia, donde
siempre pierden, aunque triunfen. Lo que es verdad es que el actual poder
financiero –como todo el hegemónico en todos los tiempos– quiere reducir el
derecho a una herramienta de dominación a su servicio. Sin embargo, estos
instrumentos son un obstáculo, porque de ellos pueden valerse –y de hecho se
valen– los pueblos y los propios disidentes de las clases incluidas para hacer
del derecho un instrumento de los excluidos. La lucha en el campo jurídico
actual se entabla entre el poder hegemónico, que quiere hacer realidad la frase
de Marx e impedir cualquier redistribución de la renta, y quienes pretendemos
usar al derecho como herramienta de redistribución de renta. Pero estos instrumentos no fueron graciosas concesiones ni
producto de una maduración reflexiva y racional de pueblos y gobiernos, sino
que los impulsó el miedo. Ante las atrocidades de estados asesinos, que
cometieron homicidios alevosos masivos, el espanto hizo que se sancionaran estas
leyes nacionales e internacionales. La racionalidad que propugnan esos
objetivos, digamos la verdad sin avergonzarnos como humanos, no fue impulsada
por la razón, sino por el espanto. Y tampoco los impulsó el miedo ante cualquier homicidio
alevoso masivo: no lo produjeron las víctimas armenias, los hereros extinguidos
por los alemanes, los haitianos masacrados por Trujillo en la frontera ni los
congoleños esclavizados y diezmados por Leopoldo II de Bélgica, sino que fue el
pánico provocado en el propio territorio hegemónico el que decidió a los
poderosos a señalar el objetivo humano a alcanzar. El colonialismo entró en
pánico sólo cuando vio que las víctimas de esas atrocidades eran otros humanos
con pareja deficiencia de melanina. Pero ni siquiera así los nuevos poderes hegemónicos
mundiales suscribieron por completo todos esos objetivos y se resisten hasta el
día de hoy a hacerlo. A regañadientes definieron mezquinamente el genocidio,
cuidando de que su recortada definición no abarcase sus propios genocidios, y
firmaron una Declaración Universal que en su origen sólo tuvo el valor de una
manifestación de buena voluntad internacional. Estos objetivos están lejos de alcanzarse en nuestra Patria
Grande, donde sigue jugando la pugna entre el modelo de Estado que pretende
configurar una sociedad que incluya, frente a otro que quiere solidificar la
exclusión. La polarización que vivimos tiene lugar entre un modelo de sociedad
incluyente y otro excluyente y, en otro plano, entre independencia y
dependencia. En su fase superior el colonialismo sigue del lado de la
dependencia, cuya condición necesaria es la sociedad excluyente, que implica el
desconocimiento de la condición de persona del ser humano latinoamericano.
(...) No le importó al colonialismo la casi extinción de los originarios, la
esclavización de los africanos transportados y de sus descendientes, la
marginación de los criollos y mestizos, la reducción a servidumbre de pueblos
enteros; no ahorró violencia, vilezas ni genocidios con tal de contener las pulsiones
incorporativas; en su haber cuenta nuestra Patria Grande con muchos millones de
víctimas de violencia, enfermedad, hambre, miseria y toda clase de carencias
elementales. (...). Hasta hoy el ser humano latinoamericano se debate
dificultosamente en pos del reconocimiento de su dignidad de persona. Buena
parte de la población de nuestra Patria Grande se halla lejos de haber
alcanzado ese objetivo. Favelas, pueblos jóvenes, villas miseria o como quiera
llamarse a nuestros slums, alojan a millones de personas que no son
jurídicamente reconocidas como tales. (...) No es hoy la acción directa del poder represivo estatal la
que comete la mayor parte de los homicidios masivos, pese a su muy considerable
grado de letalidad (escuadrones de la muerte, desapariciones forzadas,
ejecuciones sin proceso, gatillo fácil, colusión con grupos criminales
violentos, torturas), todo lo cual hace que en ocasiones se identifique y
confunda la acción estatal con la criminal. La modalidad del control colonial actual varía en la región
según las diferentes circunstancias geopolíticas, pero en toda la Patria Grande
tiene como objetivo común el montaje de un violentísimo aparato estatal
represivo de control punitivo masivo de la población excluida. El poder financiero transnacional no se equivoca en sus
objetivos: a) En el centro norteamericano, desde fines de los años
setenta del siglo pasado, se abandonó el New Deal y el Welfare State y se montó
un aparato represivo monstruoso, que tiene por objeto controlar a su población
de negros y latinos y frenar la inmigración del sur que intenta desplazarse
impulsada por la necesidad. En esta línea, el Estado norteamericano se ha
convertido en el campeón mundial de la prisionización, pasando a la tradicional
Rusia. Desde 1989 más de la mitad de su enorme población penal está compuesta
por afroamericanos. b) En Europa, los parientes pobres incorporados a la Unión
sufren medidas económicas de ajuste que produjeron el desempleo de la faja
etaria menor de veinticinco años. Su aparato represivo crece lentamente, pero
aún centrando su atención sobre los inmigrantes, que están sobrerrepresentados
en sus poblaciones penales. El Papa ha señalado el riesgo de convertir al
Mediterráneo en un cementerio. Esas palabras tienen un sentido profundo: el Mediterráneo
es la cuna de la civilización europea, vergonzosamente convertido hoy en la
tumba de muchos miles de prófugos del hambre y de la violencia colonialista.
Quizá rememora el genocidio de Cartago. Tal vez sea el desierto de Arizona
europeo, o quizás el nuevo muro. Aún el aparato represivo europeo no ha
desplazado su acción contra los jóvenes desocupados, pero lo hará en cuanto su
protesta deje de ser pintoresca y comience a ser disfuncional para el poder
financiero. c) En Sudamérica el poder transnacional procura contener y
desbaratar cualquier tendencia hacia una mejor redistribución de la renta, para
lo cual le es funcional la alta violencia homicida en nuestras zonas de
vivienda precaria, como también la letalidad del accionar policial, que tiene
lugar con clara tendencia selectiva clasista y racista. No son extraños a esta
funcionalidad los esfuerzos por desbaratar cualquier tentativa más o menos
seria de pacificación, como la que se intenta en estos días en Colombia. d) La situación geopolítica –en particular respecto de la
producción y distribución de cocaína– hace que el Cono Sur de Sudamérica
(Uruguay, Argentina, Chile) de momento registre niveles relativamente bajos de
violencia. No obstante, el poder financiero trata de crear mediáticamente una realidad
mucho más violenta que la letalidad registrada, con el mismo objetivo que en el
resto de la región: montar un aparato represivo violento y gigante para
controlar a sus excluidos. Para eso se vale del monopolio televisivo, de sus
comunicadores, personeros, traidores y mercenarios. Letargo televisivo
Es cada vez más urgente despertar del letargo televisivo.
El panorama de letalidad violenta de nuestra región representa un verdadero
genocidio por goteo. De los 23 países que en el mundo superan el índice anual
de homicidios de 20 por cada 100.000 habitantes, 18 se hallan en América latina
y el Caribe y 5 en Africa. Son varias las investigaciones locales que muestran que
esas tasas se concentran en nuestros barrios y asentamientos precarios, como
también que los homicidios allí cometidos son los que presentan los porcentajes
más altos de no esclarecimiento e impunidad. Esto corresponde a la modalidad de control de la exclusión
propia de esta fase avanzada del colonialismo. Es el efecto que sobre nuestra
región tiene la Tercera Guerra Mundial no declarada. Lejos de cierto pensamiento progresista que teme a métodos
de control violento de siglos pasados, la verdad es que nuestros barrios
precarios ya no son predominantemente controlados con tanques y policías y
menos aún con los cosacos del Zar. Por el contrario, hoy se fomentan las
contradicciones entre los propios excluidos y entre éstos y las fajas recién
incorporadas. Las cifras disponibles muestran que los criminalizados, los
victimizados y los policizados se seleccionan de las mismas capas sociales
carenciadas o de las más bajas incorporadas. El fomento de la conflictividad entre los más pobres
potencia una violencia letal que ahorra la mayor parte de la tarea genocida a
las agencias estatales, al tiempo que obstaculiza la concientización, la
coalición y el protagonismo político coherente y organizado de los excluidos. La altísima violencia que permite este genocidio por goteo,
al igual que la diferencia con el Cono Sur, no podrían explicarse sin la
incidencia de la economía creada por la prohibición de la cocaína. La demanda
de este tóxico no sólo es rígida, sino que se fomenta mediante una publicidad
paradojal, que asocia su uso a la transgresión, siempre atractiva a las capas
jóvenes. Ante esta demanda incentivada, la prohibición reduce la oferta y
provoca una formidable plusvalía del servicio de distribución, que se controla
mediante las agencias que persiguen el tráfico y que, por ende, se convierten
en entes reguladores del precio. (...) El tóxico se produce en nuestra región y en ella queda
alrededor del 40 por ciento de la renta total, en tanto que la mayor parte la
produce la plusvalía del servicio de distribución interno de los Estados
Unidos. La competencia por alcanzar el mercado mayor de consumo, o sea, por la
exportación a los Estados Unidos, se produce en América latina, con altísimo
nivel de violencia competitiva, que se incentiva con armas importadas desde el
país demandante, donde además se retiene el monopolio del servicio de reciclaje
del dinero de la totalidad de la renta. (...) La guerra a la droga que, como
era previsible, estaba perdida desde el comienzo, se ha convertido en la mayor
fuente de letalidad violenta de la región. Ha causado cientos de miles de
muertes de jóvenes en pocos años, cuando se hubiesen necesitado siglos para
provocar un número cercano por efecto del abuso del tóxico. La cocaína no mata tanto por sobredosis, sino que lo hace
su prohibición por concentración de plomo. Esta política suicida y absurda
desde el punto de vista penal y de salud sólo es coherente como instrumento
colonialista para corromper a las instituciones policiales, infiltrarse en la
política y en algunos países para desprestigiar a las fuerzas armadas y
debilitar la defensa nacional. (...) Ocultar la realidad
En nuestra región, los medios de comunicación masivos, en
especial la televisión, se hallan concentrados en grandes monopolios que están
inextricablemente vinculados en red con los intereses del poder transnacional.
Lógicamente, sus mensajes son perfectamente funcionales al modelo de sociedad
excluyente que éstos fomentan. En consecuencia, juegan un papel central en el
genocidio por goteo que se está cometiendo en la región. En los países de alta violencia real, donde el aparato
represivo mortífero es funcional a la letalidad entre excluidos, la televisión
concentrada cumple la función de ocultarla, disimularla, minimizarla o
naturalizarla. Por el contrario, en el Cono Sur, donde es mucho menor la
violencia letal, la televisión concentrada crea una realidad violenta que le
permita exigir –mediante reiterados mensajes vindicativos– el montaje de ese
aparato mortífero. (...) Los recursos de esta publicidad populachera son ampliamente
conocidos, aunque no por ello menos eficaces: la invención de víctimas-héroes,
la reiteración de la noticia roja sensacionalista, la exhibición de unas
víctimas y el meticuloso ocultamiento de otras, los comunicadores indignados,
el desprecio a las más elementales garantías ciudadanas, el reclamo de un
retroceso a la premodernidad penal y policial, etcétera. En definitiva, se
trata de mostrar a las víctimas como victimarios. (...) Lo cierto es que la imagen de la violencia que tiene
nuestra sociedad es la que proyecta la televisión concentrada, sea ocultando o
disfrazando la existente o inventando la que no existe, siempre con el objetivo
claro de montar un poder represivo mortífero y brutal. Pero al mismo tiempo
también es cierto que es muy poco o casi nada lo que se invierte en
investigación de campo acerca de la violencia. Lamentablemente, dado que no es
posible prevenir eficazmente lo desconocido, cabe llegar a la penosa conclusión
de que, más allá de las declamaciones, no hay poder interesado en prevenir
seriamente las lesiones masivas al derecho a la vida en nuestra región. En Latinoamérica –como en todo el mundo– los políticos
quieren ganar votos y elecciones. Por ende, les resulta muy difícil enfrentarse
con la televisión monopolizada. El poder financiero transnacional lo sabe y lo
explota, pues se trata de una cuestión clave para sus objetivos hegemónicos.
Basta verificar cómo en toda nuestra región la televisión concentrada emite una
constante publicidad destituyente y descalificante de cualquier movimiento
popular que pretenda redistribuir mínimamente la renta. Cualquier caso de
corrupción pasa a ser vital, pero oculta cuidadosamente la administración
fraudulenta de quienes contraen deudas imposibles de pagar, entregan soberanía
sometiendo al país a jurisdicciones extranjeras, llevan a cabo políticas de
ajuste que terminan en crisis, desbaratan el potencial industrial o malvenden
la propiedad estatal. Los políticos le temen a la televisión concentrada, y entre
los asustados y los inescrupulosos sólo parecen ponerse de acuerdo para
sancionar leyes penales disparatadas, que destruyen códigos y legislación
razonable, para reemplazarlos por una colección de respuestas a mensajes
televisivos que, en buena medida, promueven una antipolítica –por cierto que
también funcional al poder transnacional–, dado que cada día es más evidente
que responde a una actitud de subestimación de la inteligencia del pueblo. Incluso los políticos que postulan modelos incluyentes de
sociedad no pueden sustraerse del todo al reclamo de un aparato punitivo letal.
Les embarga el miedo a la televisión, se sienten amenazados incluso en lo
interno de sus propios partidos o movimientos, creen que deben dar muestras de
orden y, de este modo, entran en contradicciones inexplicables. (...) Policías
La función estructuralmente colonialista originaria de
nuestras policías, es decir, la de ocupación territorial, se ha mantenido
invariable a lo largo de los siglos. La colonización originaria consistió en la ocupación
policial de un territorio extranjero, creando inmensos campos de concentración.
Si bien esta modalidad primitiva se dejó de lado en las fases posteriores del
colonialismo, el modelo de policía de ocupación territorial se mantiene hasta
el presente. En el siglo XIX copiamos la Constitución de los Estados
Unidos (único modelo republicano a la sazón disponible), pero no hicimos lo
propio con la policía comunitaria norteamericana y, hasta el presente, nuestras
policías conservan sus estructuras de ocupación territorial militarizada. Las
oligarquías neocolonialistas les concedieron cierta autonomía y luego cundió la
modalidad política de intercambiar con ellas gobernabilidad por concesión de
ámbitos de recaudación autónoma. Ese camino sucio, con un Estado rufián, que no pagaba lo
justo a sus policías, pero que los habilitaba a recaudar de lo ilícito, dio
algún resultado, hasta que el estallido de la prohibición de cocaína y los
otros tráficos ilícitos favorecidos por la revolución comunicacional terminaron
por poner en crisis a las instituciones policiales, deteriorar su función y
degradar la imagen misma del Estado y el respeto a la legalidad. (...) El deterioro que en el siglo pasado sufrieron nuestras
fuerzas armadas, como consecuencia de la alucinante Doctrina de la Seguridad
Nacional, se transfirió a nuestras instituciones policiales, cuando el poder
transnacional decidió pasar del Estado de seguridad nacional al de seguridad
urbana o ciudadana. Pero no contento con ello, el poder transnacional impulsó a
algunos países de la región a que degradasen a sus fuerzas armadas a funciones
policiales internas, con las consecuencias lamentables que para éstas y para la
defensa nacional hoy verificamos. (...) Desigualdad
Un dato altamente significativo es que nuestra región
presenta simultáneamente los más altos índices de homicidios del mundo, pero
también los de más alta desigualdad en la distribución de la renta, medida con
el coeficiente de Gini. Según los datos comparativos de la ONU, los índices de
homicidio tienden a guardar una relación inversa con el ingreso per cápita,
pero también una marcada relación directa con el coeficiente de Gini, o sea,
que la experiencia mundial indica que a menor ingreso per cápita y a peor
distribución, corresponden más homicidios. De este modo resulta que el derecho al desarrollo que, como
vimos, desde la perspectiva central es de tercera generación, en el plano de la
realidad se conecta íntimamente con el primero de los derechos humanos, que
desde la misma perspectiva sería de primera generación. El respeto a la vida
depende, por ende, de la inclusión social, de la movilidad vertical, de la
distribución mínimamente equitativa de la renta. Con razón los teóricos más
modernos de los derechos humanos parecen haber archivado su clasificación en
generaciones, para sostener hoy la conglobación de todos ellos. (...) No es la
simple pobreza la que se refleja automáticamente en la violencia letal, sino la
falta de proyecto, es decir, la frustración existencial que provoca la sociedad
excluyente. (...) Más allá del ocultamiento televisivo de la violencia letal
o de su exageración mediática, de la confusión que esto siembra en el público y
en las clases políticas, de la constante instigación a la venganza y al montaje
de un aparato represivo mortífero, del oportunismo o del amedrentamiento o
ignorancia de políticos y jueces, el ser humano latinoamericano sigue
batiéndose y abriéndose paso por su derecho a ser considerado y tratado como
persona. El jurista latinoamericano se halla ante el ineludible
deber jurídico y ético de repensar teóricamente el derecho en nuestra región,
teniendo como objetivo primario una tutela real y eficaz del primero de todos
los derechos: el derecho a la vida, lesionado en forma permanente por el
genocidio por goteo que provoca la actual fase superior del colonialismo en
nuestra Patria Grande. Si bien abundan las Malinches de ambos géneros, nuestro ser
humano latinoamericano no deja de reclamar el reconocimiento de su dignidad de
persona, aunque sigue sufriendo en sus pies el dolor de Cuauhtémoc. * Raúl Zaffaroni es profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires.
3.Plataforma de Desarrollo de las Américas. El siguiente documento, que expresa la vision de la CSA sobre las líneas mayores de desarrollo que los trabajadores y sus organizaciones deben impulsar a lo largo y lo ancho de toda América, y especialmente en América Latina y el Caribe, fue presentado por el secretario genera de la CSA el 11 de diciembre de 2014 en el Ministerio de Trabajo. Como podrá observer el lector, la relación entre Derechos Humanos Integrales y Desarrollo Económico, Social, Político y Ambiental es estrecha y estructural en el conjunto de las propuestas aquí referidas. Lo que se expresa en una fuerte defensa del papel del Estado en la regulación de la economía y en la protección social; en una promoción de la democracia participativa, de la solidaridad social y de los derechos del trabajo, a la educación, a la salud y a la vivienda; así como en un alegato en favor de formas fuertes y activas de organiazación syndical, entre otras cosas. Secretariado Ejecutivo CSA Hassan Yussuf – Presidente Julio Roberto Gómez Esguerra –
Presidente Adjunto Víctor Báez Mosqueira –
Secretario General Amanda Claribel Villatoro –
Secretaria de Política Sindical y Educación Rafael Freire Neto –
Secretario de Política Económica y Desarrollo Sustentable Laerte Teixeira da Costa –
Secretario de Políticas Sociales Equipo de Publicación, Elaboración y Redacción: Grupo de Trabajo sobre Desarrollo e Integración
Hemisférica – GTDIH. Revisión: Equipo
CSA Agradecimientos: Esta publicación fue realizada con el apoyo de la
Fundación Friedrich Ebert (FES) a través del Proyecto FES Sindical, la
Confederación Sindical Internacional (CSI) y la Oficina de Actividades par los
Trabajadores ACTRAV-OIT. Igualmente nuestros
agradecimientos a los colaboradores Cecilia Anigstein – Licenciada en
Sociología UBA, Magister en Ciencias Sociales UNGS-IDES, Becaria CONICET-UNGS, integrante
del Proyecto “Actores, disputas y modelos de desarrollo en la Argentina contemporánea”
PIP-CONICET y a Ariel Slipak - Licenciado en Economía UBA, Profesor en UBA y
UNM (Universidad Nacional de Moreno), Becario CONICET-UNGS, integrante del Proyecto
“Actores, disputas y modelos de desarrollo en la Argentina contemporánea” PIP-CONICET. SUMARIO: Desarrollo sustentable NUEVA RELA CIÓN ESTADO SOCIEDAD Y MERCADO Dimensión POLÍTICA Dimensión ECONÓMICA Dimensión SOCIAL Dimensión AMBIENTAL DESARROLLO SUSTENTABLE El enfoque de desarrollo
sustentable nació del proceso de progresiva ampliación de la conciencia acerca
de las contradicciones entre el modelo capitalista de desarrollo predatorio, la
garantía de una Buena calidad de vida para la ciudadanía, el derecho de los
pueblos al Desarrollo y la constatación de los límites físicos del planeta para
poder atender las demandas de la humanidad. Estas contradicciones fueron
profundizadas con la implementación de la lógica neoliberal que impuso una
dinámica donde las fuerzas del capitalismo actuaron sin control, acumulando mayor
riqueza, minimizando los instrumentos de protección social y los derechos de
los/as ciudadanos, extremando la destrucción de los recursos naturales y
llevando al planeta de manera acelerada a una crisis económica, social y ambiental
sin precedentes. En la región de las Américas,
al final de los años noventa, el acumulado de las luchas de resistencias de los
movimientos populares contra el neoliberalismo en todo el continente y el
enfrentamiento a los regímenes autoritarios en América Latina en las décadas
precedentes, contribuyó a forjar múltiples expresiones que se comprometieron a
la búsqueda de alternativas, varias de ellas articuladas con procesos electorales
en varios países, dando como consecuencia el inició un nuevo ciclo político de
cambios progresistas en el sur del continente que se ha extendido por más de 15
años . En esta dinámica el movimiento
sindical de las Américas y el conjunto de las y los trabajadores profundizaron
su compromiso con el desafío de participar como actores de cambio fundamentales
en la construcción de los distintos proyectos alternativos de la región, que a
partir de la derrota del Área de Libre Comercio de las Américas – ALCA,
emergieron con más fuerza en el continente. La profunda crisis económica, social
y política que sacudió desde 2008 a las naciones del primer mundo y se expandió
por todo el planeta colocó a los pueblos y naciones de las regiones periféricas
y dependientes frente a un reto mayúsculo: que los costos de la superación de
esta nueva crisis no se carguen sobre las espaldas de las y los trabajadores y
los pueblos. En la actualidad asistimos al
desarrollo de una crisis internacional de largo alcance y amplias dimensiones
que nos exige cuestionar el modelo neoliberal hegemónico, impuesto desde hace
más de tres décadas. Sin embargo, hasta el presente
los países centrales han ensayado respuestas meramente coyunturales que
consisten en la aplicación de políticas que conservan la misma lógica de
aquellas otras responsables de su desencadenamiento. Esto ha conducido a una
profundización de los efectos más perniciosos de la crisis, con un impacto
innegable sobre la situación de las mayorías sociales. Se hace cada vez más
evidente que las políticas aplicadas a favor de las corporaciones y el rescate
los bancos en lugar de a los pueblos, profundizan el desempleo, la desigualdad y
la exclusión social. América Latina y el Caribe
continúan siendo un espacio privilegiado de la construcción de avances
políticos y económicos alternatives a la orientación neoliberal y hegemónica. En
toda la región, en los países donde fueran electos gobiernos progresistas y
democráticos populares, hubo una recuperación del papel del Estados frente a
los mercados, abriendo un período político pos-neoliberal. Estas políticas se
construyeron sobre la base de una dialéctica entre crecimiento y distribución
de la riqueza y apostaron con sus diferencias y sus niveles desiguales de
avance, a transformaciones estructurales, generando no sólo cambios
cuantitativos de mejora de indicadores, sino al mismo tiempo se han generado
transformaciones estructurales de componentes que están en la base de la
desigualdad en la matriz de protección social fundamentalmente. Un componente importante ha
estado colocado en la participación social y organizada, en particular de
organizaciones sindicales, de usuarios de servicios sociales, de consejos
comunales y vecinales, etc. en el gobierno de las políticas públicas, en
especial en materia laboral y social. Esto ha sido especialmente importante en
la afirmación de derechos con políticas activas de empleo para jóvenes y
mujeres, entre otras. Igualmente se ha producido un
cambio en la implementación de programas focalizados para los sectores más
excluidos por el neoliberalismo, generando una nueva generación de programas
sociales, que implican un tránsito hacia la interacción con los prestadores universals
para que estos sectores puedan ser incorporados plenamente hacia la matriz
universal de protección social y no para profundizar su diferenciación, como
eran los programas focalizados del neoliberalismo. Ello también ha significado
que se han quebrado los “mitos/mentiras” del neoliberalismo, sobre todo
aquellos que hablan de primero de hacer crecer la torta, para después
repartirla y que los aumentos de salarios, generan inflación y reducen los
empleos, entre otras falsas verdades acuñadas los últimos 30 años. Esas políticas resultaron en
la significativa reducción de la pobreza extrema, la desigualdad social y la
inclusión de la grande mayoría. Pero perduran todavía las desigualdades, en
particular las basadas en la etnia, raza y el género. En este escenario mundial, el
conjunto del movimiento syndical de las Américas se volcó a la construcción de
dos instrumentos de intervención y de transformación sociopolítica que
constituyen advances frente al capitalismo predatorio y la hegemonía
financiera: la formulación de la Plataforma Laboral de las Américas (PLA ),
lanzada en 2005 y la constitución de la Confederación Sindical de
Trabajadores/as de las Américas (CSA), fundada en 2008. Como producto de esta
experiencia colectiva, hoy somos conscientes de la necesidad de profundizar las
transformaciones impulsadas en años recientes por los proyectos políticos
emancipatorios en curso en el continente. Con esa finalidad se ha emprendido
desde la CSA la elaboración de una nueva herramienta política, la Plataforma de
Desarrollo para las Américas (PLADA). Esta plataforma define
orientaciones y principios que involucran a todos los pueblos de Américas y del
mundo, y a sus trabajadoras y trabajadores. Tiene relevancia como herramienta
política y de lucha para la defensa y profundización de los derechos laborales
a escala mundial, así como alternativa y estrategia de desarrollo construida desde
el movimiento de las y los trabajadores. Ante ello, nos congrega el
convencimiento de que la salida a la crisis requiere una respuesta urgente y
estructural, con la participación ineludible del sindicalismo, los movimientos
de las y los trabajadores, así como de las diversas expresiones colectivas del
campo popular: movimientos sociales, campesinos, ambientalistas, estudiantiles,
feministas, de las juventudes y la niñez, de los Derechos Humanos, por la
defensa de las víctimas de violencia, por la diversidad sexual, anti-represivos,
de los pueblos originarios, productores de la economía social y solidaria,
organizaciones por los derechos de migrantes, educadores y promotores del arte
y la cultura, entre otros. La Comisión Mundial para el
Medio Ambiente y el Desarrollo, establecida por las Naciones Unidas en 1983,
definió el desarrollo sustentable como el “desarrollo que satisface las
necesidades del presente sin comprometer las capacidades que tienen las futuras
generaciones para satisfacer sus propias necesidades”. La noción de Desarrollo Sustentable
aparece como una de las alternativas que se enfrenta a la matriz de pensamiento
neoliberal; una forma de comprender y organizar los aspectos esenciales de la
vida social desde una nueva lógica; una respuesta construida por y para las mayorías
populares. Las condiciones están dadas para el lanzamiento de una nueva agenda
del desarrollo sustentable para la autodeterminación de los pueblos y de los
Estados. Esta es nuestra visión del
Desarrollo que se construye desde nuestra opción sindical reafirmando los
pilares del trabajo decente; la distribución de la riqueza; la democracia
participativa; la igualdad entre géneros; la integración regional priorizando
la articulación en las negociaciones internacionales y la consolidación de
posiciones communes en temas de interés compartido y el intercambio de
experiencias exitosas entre los gobiernos; la protección e inclusión social de
todas y todos, inter-generacional y ambiental, integrando así las dimensiones económica,
social, ambiental y política. El desarrollo no se logra sin la plena inclusión
y participación de las mujeres y de los jóvenes. Todos los componentes que
presentamos en esta plataforma tienen la equidad de género y la participación
de la juventud cono enfoques transversals y las mujeres y los jóvenes como
protagonistas y principales actores para hacer realidad el desarrollo
sustentable. Sólo así se podrá garantizar
que las conquistas perduren mediante su profundización e institucionalización. El
desafío del Siglo XXI resulta ser la consolidación de mecanismos para
garantizar que sean los pueblos y no las corporaciones y firmas transnacionales
quienes fijen el rumbo social y político en el continente. El esfuerzo conjunto
deberá orientarse a cimentar alianzas sociales genuinas que confluyan en una agenda
contra-hegemónica del desarrollo capaz de contener y articular todas las voces. NUEVA RELACIÓN ESTADO, SOCIEDAD Y MERCADO 1. La crisis mundial desemboca
en crisis políticas que socavan las instituciones democráticas nacionales y
redundan en mayor injerencia de las corporacione y otros poderes trasnacionales
sobre la vida de los pueblos. 2. Los países que lograron
resistir el sismo financiero adoptaron medidas de preservación de la inversión
pública, el empleo, los niveles salariales y de pensiones, el consumo y la
producción, así como diseñaron nuevas medidas para impedir la pobreza extrema. En
cambio, la recesión fue profunda en aquellos que adoptaron medidas
conservadoras de recortes de gastos y reducción de salarios y empleos. 3. Las soluciones de mercado
para enfrentar la crisis global han fracasado. Nuestros Estados deben retomar
el control y poder sobre el mercado y deben reconstruir su capacidad de generar
ingresos para satisfacer las necesidades sociales y de regulación de la
actividad económica y social general. 4. Las transformaciones
recientes en el continente señalan el ascenso de fuerzas políticas y sociales
que buscan formas de organización y representación distintas al despliegue
radical de políticas inspiradas por el llamado “Consenso de Washington”. Estas
nuevas fuerzas colectivas tienen su origen en las luchas contra las dictaduras
militares y los gobiernos autoritarios que instauraron el neoliberalismo. 5. Profundizar la democracia
significa establecer una nueva relación entre Estado, mercado y sociedad, con
autonomía e independencia de los mercados financieros. Debe pensarse al Estado
como potencia de las mayorías populares, lo que significa la participación active
del pueblo trabajador en lo público, y no la mera reivindicación de la tutela
gubernamental o su consideración como si fuese un patrón más. 6. La intervención estatal
debe asegurar el pleno empleo y contribuir a la redistribución de la riqueza
frente al efecto concentrador del mercado, mediante políticas sociales, fiscales
y monetarias soberanas para enfrentar coyunturas de estancamiento o crisis. Se
debe establecer un sistema de corresponsabilidades en el cual los actores
económicos y corporativos de mayor peso deberán asumir mayores cargas y responsabilidades
para superar los períodos de crisis. 7. El Estado debe garantizar
servicios públicos de calidad, asegurando pleno acceso a las necesidades
básicas de la población. Abastecimiento de agua potable, garantía de
electricidad, sistema de salud universal e integral, educación, seguridad, son
temas que afectan directamente la calidad de vida de todos y todas y los
poderes públicos tienen que hacerse responsables. 8. La integración regional no
debe ser confundida con el flujo comercial y la liberalización arancelaria en
forma excluyente respect a otros contenidos. Ambas responden a menudo a una
lógica de competencia entre países por la generación de mejores condiciones
para las empresas transnacionales. 9. Resulta primordial superar
la concepción según la cual potenciar el vínculo de los países de las Américas
con las potencias industrializadas constituye el único camino hacia el
desarrollo económico. El desafío es avanzar en la reformulación de las
asimetrías históricas entre el Norte y el Sur, y el fortalecimiento de los vínculos
de cooperación Sur-Sur. 10. Esta estrategia de
desarrollo promueve la protección y la ampliación de derechos. Organiza un
Estado para la sociedad y regenera la capacidad del Estado para controlar y
regular el mercado con el fin de satisfacer las necesidades sociales actuales y
velar por las de las generaciones futuras. I. Dimensión POLÍTICA: Democracia participativa; Complementariedad entre
representatividad e instrumentos de consulta popular y participación directa. 11. La profundización y
consolidación de la democracia requiere la participación del conjunto de la
sociedad en las decisiones, lo que entre otras cosas fundamenta su protección
efectiva y la protege de la violencia, de la guerra, del militarismo y de la
criminalidad. Debe proporcionar justicia social y promover la libertad
sindical, asegurar la igualdad entre géneros, grupos generacionales y étnicos e
incidir para la superación de las desigualdades y de las asimetrías. 12. Implementación de
mecanismos de participación que desarrollen y complementen la democracia
representativa. No existe una contraposición entre participación directa y
democracia representativa. Articulación de instituciones representativas con
instrumentos de consulta popular vinculantes y participación directa. Ampliación
de los mecanismos de democracia participativa tales como consultas,
referéndums, plebiscitos, espacios consultivos de diálogo de la sociedad civil
y asambleas, a fin de fortalecer las decisiones políticas. 13. La representación
ciudadana debe ser democrática y encarnar la pluralidad de la sociedad. Garantizar
la paridad de géneros. 14. Promover colaboraciones
más profundas de parte del movimiento sindical y favorecer el fortalecimiento
de las capacidades de las y los dirigentes sindicales a fin de responder a los
desafíos y contribuir a la elaboración de políticas de desarrollo y
democratización. 15. Creación de instrumentos
que aproximen las organizaciones sociales con el Estado y que promuevan la
elaboración, ejecución y evaluación de las políticas públicas de forma conjunta
y articulada, así como su rol en la toma de decisiones nacionales y
supranacionales, a través de instrumentos como los Consejos Consultivos
Económicos y Sociales. Establecer auditorías participativas en todos los
gobiernos locales y nacionales. 16. Impulsar la
democratización, transformación, crecimiento y empoderamiento del sindicalismo
para constituirse como actor fundamental en la lucha por una nueva hegemonía
que haga posible un modelo de desarrollo sustentable. Reformas de los sistemas
políticos y judiciales para impedir la injerencia de las corporaciones económicas
en el funcionamiento de la democracia. 17. Reformas de los sistemas
políticos de nuestros países, inclusive a través de procesos constituyentes,
donde persisten herencias de períodos dictatoriales, autoritarios y comandados
por las élites hegemónicas. Elaboración de nuevos mecanismos de democratización
nacional, subregional y continental. Promoción de nuevas Constituciones que
impliquen garantías de derechos para todos y todas, democratización de los
Estados y ampliación de derechos. 18. Promover reformas
políticas que eliminen el financiamiento privado de las campañas electorales. Las
grandes empresas y corporaciones deben estar vedadas para hacer donaciones en
las campañas electorales. Es responsabilidad de los Estados garantizar la
pluralidad y equidad en las campañas electorales, proporcionando adecuado
financiamiento de las mismas. 19. Combate a la corrupción,
transparencia en la gestión pública y acceso a la información pública. 20. Garantizar la continuidad
y perdurabilidad de los cambios favorables a los procesos de democratización de
los países de la region amenazados por un preocupante proceso de
judicialización de la política. Los sistemas judiciales heredados de las
dictaduras. se han constituido en reserva e instrumento para el impulso de
iniciativas reaccionarias y de desestabilización institucional. 21. Fin a la criminalización
de la acción colectiva y de las luchas sociales. 22. Nuevos mecanismos de
control ciudadano a las políticas públicas, que incluyan soportes virtuales. 23. Rendición de cuentas sobre
los presupuestos nacionales y sub-nacionales, gestión participativa de su
definición y ejecución. Democratización de la comunicación para la ampliación
de la participación y el control ciudadano. 24. Nos pronunciamos
radicalmente contra el latifundio mediático nacional o transnacional y su
injerencia política mayúscula en el continente. La libertad de expresión que
promovemos se opone a los intereses mediáticos corporativos que sólo ven los
medios de comunicación de masas como instrumento de rentabilidad e incidencia
en la toma de decisiones políticas. Rechazamos la formación de monopolios y oligopolios
en la propiedad y el control de los medios de comunicación que actúan como un
poder de facto en la sociedad y en los Estados. 25. Libertad de expresión de
todas y todos los actores y sectores de la sociedad, asegurando las condiciones
legales, tecnológicas y comunicativas para tal efecto. Incorporación en los
marcos legales de mecanismos de auditoría social de los medios comerciales y
estatales. Políticas públicas contra la concentración de los medios de
comunicación y promoción de la diversidad de actores en la propiedad mediática. 26. Recuperación del carácter
público de la comunicación en todos sus soportes. Reconstrucción de los medios
públicos de calidad que fueron directamente atacados por la ofensiva
neoliberal. Administración estatal y soberana del espectro electromagnético y
de las telecomunicaciones digitales. Distribución proporcional e igualitaria de
los espectros electromagnéticos y de las telecomunicaciones digitales nacionales
entre medios comerciales, el ámbito público estatal y las organizaciones
sindicales y sociales. 27. Reconocimiento, promoción
y garantías a los medios audiovisuals comunitarios, alternativos e
independientes, incluyendo internet como espacios de ejercicio de ciudadanía y
desarrollo social. Garantías para la creación y pleno funcionamiento de nuevos
medios de comunicación para y por los movimientos populares y las
organizaciones sindicales. 28. El movimiento sindical
junto a otros actores sociales del campo popular debe tener una activa
participación en la agenda para la democratización de la comunicación. Participación
sustantiva de los movimientos sindicales y sociales en los procesos e instituciones
de integración regional. 29. Impulso de una integración
desde y para los pueblos. Garantizar una región estable política y
económicamente, con espacios de participación real en todos los niveles:
nacional, regional y continental. Diseñar e implementar mecanismos de consultas
a la ciudadanía de aquellas decisiones supranacionales fundamentales. 30. Establecimiento de más y
mejores mecanismos de consulta entre los gobiernos y el movimiento sindical. Aumentar
la participación sindical en UNASUR, CELAC y OEA. Democratizar los procesos regionales.31. Fortalecimiento y
profundización de los procesos de integración regional en forma coordinada,
complementaria y solidaria. Con agendas superadoras de objetivos estrictamente
comerciales y que procuren una identidad basada en los valores e identidades communes
de los pueblos de la región, como la solidaridad, la cooperación, el respeto a
las diferencias, la autonomía y la soberanía. Fortalecimiento de la Unión de
Naciones del Sur (UNASUR) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC). Las Américas como territorio de Paz y de plena realización de los Derechos Humanos32. La Paz es un bien de la
Humanidad, se basa en la dignidad de las personas y se construye a partir de la
realización e interdependencia de los Derechos Humanos, el respeto por la
soberanía de las naciones y la democracia. Es un permanente quehacer, fruto de
la justicia social y la solidaridad entre las personas, las naciones y los
pueblos. 33. Por un continente sin
guerras ni bases militares extranjeras. Rechazo y repudio a la existencia de
bases militares extranjeras en cualquiera de los países de las Américas, porque
ellas representan un obstáculo a la paz regional y estimulan la desconfianza
entre nuestros países, promoviendo armamentismo e hiriendo el principio de la autodeterminación
de los pueblos, así como el de las soberanías nacionales sobre el territorio. Establecimiento
de un Programa de desmilitarización nacional y extranjera, suspensión de nuevas
instalaciones militares, establecimiento de cronogramas de cierre de bases,
retiro de misiones y tropas extranjeras de y en los países de las Américas. Recortes
en el gasto militar. 34. El movimiento sindical de
las Américas repudia la repression en cualquier lugar del mundo, puesto que la
misma constituye una amenaza a la libertad y a la construcción de la paz. El
Continente Americano debe ser un espacio de respeto hacia y entre las personas,
los pueblos y las naciones. 35. Limitaciones al comercio
de armas y frenar su tráfico ilegal en la región a través de controles
estrictos en las fronteras de los países productores y exportadores. Implementación
de programas de desarme de la población, con restricciones a su comercialización,
tenencia y porte. 36. La dominación imperial se
ejerce no sólo por vía de la dominación militar. El sistema de control de los
Estados y los pueblos se hace además por la vía de la coerción económica,
ideológica, tecnológica y política. Condenamos el espionaje imperialista y
cualquier otra forma de injerencia de los Estados y corporaciones en las
soberanías. Reconocimiento de los sindicatos como instrumento de la democracia y del ejercicio de los Derechos Humanos37. Solo en una sociedad con
respeto sustantivo por los Derechos Humanos integrales se puede construir una
democracia real. Con sus valores permanentes de solidaridad y no
discriminación, y a través de su presencia y papel en los lugares de trabajo y
en la sociedad, los sindicatos tienen una capacidad única para trabajar por la
democracia y el ejercicio pleno de los Derechos Humanos para el conjunto de los
ciudadanos del Continente. 38. La búsqueda de un
paradigma de desarrollo alternativo al neoliberalismo por parte de los Estados
requiere la construcción de una agenda sindical proactiva en el área de la
cooperación internacional, partiendo del presupuesto de que los sindicatos son
actores del desarrollo y de la promoción de la democracia. Autodeterminación cultural de los pueblos originarios y afro-descendientes y respeto a la plurinacionalidad39. Esta estrategia de
desarrollo fomentará la sanción de leyes y la generación de políticas que
favorezcan el respeto a la plurinacionalidad, diversidad cultural e
interculturalidad en condiciones justas y mutuamente respetuosas, en especial
con sus idiomas, lenguas y dialectos y sus territorios originales. Para ello
promocionará la educación intercultural en todos los niveles. 40. Aplicación de la
Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos originarios. Autodeterminación
cultural y étnica de las personas, los pueblos y las naciones. Las Américas
deben establecer medidas específicas de protección y preservación de las
culturas y los derechos de los pueblos originarios y afro descendientes. Creación
de ámbitos tripartitos subregionales para la promoción de políticas públicas antidiscriminatorias
y seguimiento de sus resultados. Autorreforma sindical41. Para avanzar en esta
alternativa de desarrollo es fundamental que el movimiento sindical y sus
dirigentes prioricen el perfeccionamiento del funcionamiento de los propios
sindicatos por medio de la unidad, la democracia interna, la libertad sindical,
la ampliación y fortalecimiento de la representación de todas y todos los
trabajadores. 42. Promover la existencia de
órganos de representación de las y los trabajadores en los lugares de trabajo,
mecanismos transparentes de rendición de cuentas y acceso desburocratizado al
registro sindical. 43. Promover organizaciones de
cobertura sectorial, territorial y nacional e internacional. Mayor
participación de mujeres y jóvenes en los sindicatos, garantizar el ejercicio
de la libertad sindical y su participación efectiva en los procesos de
negociación colectiva. 44. Las estructuras sindicales
deben incorporar mecanismos de apertura para la inclusión de los diversos
colectivos laborales en condiciones de informalidad y precariedad, incluyendo a
los trabajadores de empresas tercerizadas, subcontratistas y de agencias de
empleo. Del mismo modo, deben implementarse mecanismos de inclusión para trabajadores
y trabajadoras que son objeto de discriminación por su condición de género,
grupo etario, por discapacidad, situación migratoria o identidad étnica. 45. La política educativa
sindical debe estar fundada en un concepto y una metodología horizontal y
democrática para la interpretación y transformación de la realidad. La
formación sindical como parte de la formación ciudadana y social promueve
principios, valores, habilidades y destrezas para fortalecer los procesos de
autorreforma, la organización sindical y orientar las acciones de
transformación en la perspectiva política de construir un modelo de desarrollo
sustentable como alternativo al modelo neoliberal. II. Dimensión ECONÓMICA Integración Regional46. Fortalecimiento de los
procesos de integración regional y subregional como herramientas para el
desarrollo de nuestros pueblos. Sostenimiento y promoción de los instrumentos
de integración regional que fomentan relaciones de igualdad entre las naciones del
continente, y reformulación de aquellas políticas de integración que encubren
formas de dominación de unos países sobre otros. El comercio internacional debe
tener lugar en el marco de acuerdos justos entre las partes. 47. Los Tratados de Libre
Comercio (TLC), de Inversiones y el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de
Asociación Económica tienen una naturaleza asimétrica, con efectos negativos
sobre los sistemas productivos de la región y son además instrumentos de
absorción de mercados por parte de las grandes potencias. Profundizan las
asimetrías entre naciones enriquecidas y
empobrecidas, aumentan el poder de las corporaciones y de potencias frente a
los pueblos, profundizando las raíces del neoliberalismo. Por ello rechazamos
la firma e implementación de nuevos TLC. No obstante, en el marco de vigencia
de estos instrumentos económicos en la región, proponemos su renegociación a
fin de preservar la soberanía y autodeterminación de los pueblos y naciones. 48. Promoción de políticas
macro-económicas y complementariedad productiva en el continente para suprimir
la competencia de precios entre los países y por la atracción de empresas
extranjeras basada en reducciones salariales, impositivas y precarización
laboral. Al mismo tiempo la complementación productiva debe colaborar en avanzar
en la desprimarización de nuestras economías y en el Desarrollo de valor
agregado en nuestra producción. 49. Fomento al diseño de
infraestructura y matrices energetic productivas a escala continental. Los
Estados deberán asumir el compromise de lograr una verdadera integración de
infraestructuras del continente destinada a promover el desarrollo sustentable,
el pleno empleo y la comunicación de los pueblos, concretando con ese sentido los
proyectos de infraestructura existentes y elaborando nuevos. Para esto es
fundamental la participación de los pueblos y de los afectados, para saber
adónde va el dinero público. La integración regional tiene una enorme
potencialidad contra-hegemónica, que puede explotarse al máximo asumiendo los
compromisos de participación presentes en sus estatutos constitutivos. Distribución justa del ingreso, la renta, las oportunidades, la riqueza y el excedente50. La distribución injusta de
los ingresos, la renta, las oportunidades, la riqueza y los excedentes es, en
buena medida, consecuencia de los procesos de primarización de las economías de
la region y de concentración económica instrumentada por la
transnacionalización del capital. Es fundamental la intervención de los Estados nacionales y de los organismos
de integración regional para revertir la desigualdad social. 51. Erradicación de la
pobreza, inclusión social y justicia distributiva. Ello significa avanzar en
reformas estructurales de acceso e igualdad de oportunidades en los servicios
sociales y negociaciones colectivas que garanticen el crecimiento de la masa
salarial como proporción del ingreso nacional, es decir redistribución primaria
del ingreso. No es posible una política
social sustentable sin aumentar los niveles de trabajo decente para todas y
todos, y de los ingresos de las familias. 52. Garantías a la protección
social de toda la población, pleno empleo en condiciones dignas y resguardo de
los salarios frente a la volatilidad de los ciclos económicos, que debe
lograrse vía consolidación de las capacidades estatales de organización y
regulación sobre la producción, la distribución y el consumo. 53. Gestión pública y
participativa sobre el acceso a los recursos esenciales y estratégicos de
infraestructura esencial y control sobre los actores económicos dominantes
intervinientes en estas cadenzas de valor. Mercados e instituciones financieras comunes, y coordinación monetaria54. Creación de Bancas de
Desarrollo y entidades financieras Públicas, estatales y regionales,
apuntalamiento y fortalecimiento de las existentes. 55. La banca pública debe
financiar inversiones sociales, la producción y la economía social y solidaria
con participación social, controlar y regular a la banca privada, exigiendo
contrapartidas sociales, ambientales y laborales. 56. Aplicación de instrumentos
tendientes al desarrollo de mercados, instituciones financieras,
infraestructura y coordinación monetaria de carácter regional como la que está
contenida con la propuesta de creación del Banco del Sur. 57. Defensa y estímulo a la
nueva arquitectura política y económica representada por la Unión de Naciones
del Sur (UNASUR), la Comunidad de Estados de América Latina y Caribe (CELA C) y
la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Así como la
reconfiguración y fortalecimiento del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la
Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Sistema de Integración de Centroamérica
(SICA) y la Comunidad del Caribe (CARICOM). 58. Desarrollo de instrumentos
financieros, cambiarios o de compensación recíprocos, para evitar el uso de
monedas ajenas a los países de los agentes que realizan las transacciones del
comercio exterior. Coordinación de monedas implica coordinación de políticas económicas.
Se debe buscar la armonización económica entre países a través del uso de
monedas nacionales en el comercio exterior intrazona, considerando no sólo el
oro y el dólar. 59. Creación y fortalecimiento
de fondos regionales compensatorios de commodities frente a períodos de bajas
de precios y crisis financieras en los países de la región, cuyo propósito sea
armonizar las variables macroeconómicas y proteger los derechos de las y los
trabajadores. Prohibición de la especulación financiera (futuros y opciones) sobre commodities
alimenticios. 60. Rechazo a las deudas
externas ilegítimas cuyo pago absorbe presupuesto. Las deudas externas
contraídas de forma ilegítima por los países más pobres no deben ser pagadas. Participación
popular y transparencia de los programas, origen y destino de los fondos y
mecanismos de toma de deuda de cada país. Infraestructuras nacionales y regionales para el desarrollo sustentable61. La infraestructura y las
comunicaciones tienen la función de crear las condiciones y facilitar la
implementación de este proyecto de desarrollo. Deben ser diseñadas y
construidas para la integración de las personas, los pueblos y la
complementariedad productiva en la región. Debe orientarse hacia la conexión y
el flujo de personas y productos en condiciones justas y libres. 62. Planificación de políticas
de desarrollo sectorial que fomenten la complementariedad productiva entre los
países americanos. 63. Revisión de las
privatizaciones e impedir que se realicen nuevas en sectores estratégicos para
el desarrollo. Retomar la participación del sector público en las empresas
estratégicas, de explotación de recursos naturales y de redes de
infraestructura básica, mediante una política de capitalización de activos. Condicionamiento
y orientación de la inversion extranjera y de empresas transnacionales hacia
Proyectos Nacionales de Desarrollo. 64. Estímulo a la inversión
intrarregional en América Latina y Caribe. Las grandes empresas transnacionales
no pueden ni deben tener libertad absoluta para establecer condiciones de
producción, contratación, exportación y giro de dividendos. Los gobiernos deben
desarrollar y garantizar procesos democráticos de participación y de consulta. 65. Implementación de
mecanismos de promoción de matrices productivas diversificadas que contemplen
las condiciones de reproducción de agentes y unidades económicas más pequeñas
con alta capacidad de generación de empleo decente, que estimulen el Desarrollo
de mercados internos diversificados y complementarios, el acceso al consumo
sustentable de las mayorías y la reducción de la dependencia al modelo extractivista
insustentable. 66. Condicionamientos a la
Inversión Extranjera Directa siempre ligados con proyectos nacionales o
regionales de desarrollo sustentable mediante encadenamientos productivos, que
aporten a la generación de empleo permanente y decente, que contribuyan a la deslocalización
de la producción en zonas de menor desarrollo y que garanticen la transferencia de
tecnologías que contribuyan con estos proyectos. Participación de los
sindicatos y movimientos sociales en las políticas económicas para regular la
inversión extranjera y el comercio internacional. 67. Control Estatal eficaz de
las empresas transnacionales, multilatinas y de las cadenas productivas de
bienes y servicios. Deben ser realizadas conforme a las pautas de acuerdos
internacionales y con control social. Establecimiento de sanciones sustantivas
a las empresas y sus contratantes que incumplan con derechos laborales, violen
la libertad sindical, incurran en actos de discriminación y violencia o afecten
los derechos humanos y la sustentabilidad ambiental. 68. Rechazamos las políticas
de protección de la inversión extranjera que dan derecho a las empresas
transnacionales de demandar a los Estados ante tribunales internacionales de
arbitraje, con el pretext de atraer inversiones. 69. Garantizar que la cadena
de valor se realice íntegramente en la región y en cada eslabón se garantice
trabajo decente. Nueva Fiscalidad Progresiva70. Hacia una nueva fiscalidad
que apunte a gravar progresivamente las ganancias, la renta, el patrimonio, los
altos ingresos y el consumo de lujo. Quien gana más y tiene mayor riqueza, que
pague más; Quien gana menos y tiene menor riqueza, que pague menos. 71. Extensión de la base del
gravamen a otros tipos de ingresos actualmente exentos como: rentas
financieras, ganancias de capital, dividendos de acciones y ganancias
extraordinarias. Implementar impuestos especiales a los latifundios, herencias,
las fusiones de las transnacionales con empresas nacionales y sobre las
actividades primario extractivas, basado en el
concepto de renta diferencial por la existencia de recursos no renovables. 72. Reformulación integral del
Impuesto al Valor Agregado y diferenciación entre bienes básicos y de lujo, con
tasas diferenciales y exoneraciones. 73. Impulsar la creación de un
Impuesto Internacional sobre las Transacciones Financieras y la especulación de
características similares a la Tasa Tobin. 74. Control efectivo sobre la
evasión y la elusión fiscal, mediante el fortalecimiento de los distintos
servicios estatales encargados de la fiscalidad, el aumento de agentes
fiscalizadores y mejores tecnologías. 75. Direccionamiento de la
renuncia fiscal, adopción de una nueva fiscalidad y políticas de exenciones en
favor de los proyectos productivos sustentables, los proyectos productivos que
aportan a la complementación productiva regional y a favor de la inclusión e
igualdad social. Reforma agraria integral. Progresiva erradicación del monopolio transnacional en la producción y comercialización de semillas76. Reforma agraria integral
para redistribuir, desconcentrar y democratizar la tierra. La reforma agraria
es un instrumento de generación de empleo, democratización de la propiedad,
ocupación más equilibrada de los territorios y un uso más racional de los
recursos. Aplicación del principio de la función social de la propiedad. 77. Eliminación de las
modalidades de agro-negocios que combinen semillas transgénicas con agro
tóxicos, en grandes áreas de monocultivos, en un contexto de creciente
concentración, extranjerización de la tierra, de las semillas y de
financierización de la actividad, que estimulan la especulación. 78. Control público sobre el
mercado de tierras, estableciendo límites al tamaño y usos de las propiedades,
para combatir la especulación financiera sobre las propiedades y los productos
agropecuarios. 79. Una política de Estado que
no priorice las grandes empresas privadas y revierta el monopolio de la
comercialización de las semillas. Crear una empresa estatal para
la comercialización de las semillas. Garantizar acceso universal al uso de las
semillas. Rechazo a las semillas terminator que son fabricadas por las grandes
multinacionales del agro negocio y quiebra de patentes. 80. Instrumentos regulatorios
que aseguren mayor participación de los pequeños productores rurales. Implementación
de mecanismos que garanticen precios justos, asistencia técnica y líneas de
financiamiento para los productores agropecuarios de menor escala, la
agricultura familiar y campesina. 81. Afianzamiento de la
inclusión productiva de las mujeres a través de programas de transferencias de
ingresos, créditos accesibles y acceso a la propiedad de la tierra que tiendan
a la igualdad y justicia entre géneros. 82. La violación de los
derechos de propiedad de los pueblos originarios y afro-descendientes sobre sus
tierras y territorios no puede sustentarse en justificaciones de desarrollo o
de interés nacional que no respeten sus derechos, los cuales revisten
importancia crucial para la supervivencia cultural, social y material de estos pueblos. 83. Intervención estatal para
la democratización del mercado de tierras, el ordenamiento territorial y la
zonificación agropecuaria, que contribuyan a la reversión de los procesos de
extranjerización en curso. 84. Control efectivo por parte
del Estado sobre los insumos utilizados en la actividad agropecuaria en el
conjunto de la cadena productiva, y sus consecuencias sobre la salud de los y
las trabajadoras y la población. Progresiva erradicación del uso de los
agro-tóxicos que ponen en riesgo la vida humana e incentivos a la investigación
sobre técnicas e insumos
sustentables. 85. Control de los agentes
económicos que intervienen en la intermediación garantizando mejores
condiciones y precios entre productores y comercializadores. Soberanía y seguridad alimentaria86. La soberanía alimentaria
es el derecho de los pueblos, comunidades y países a definir sus propias
políticas agrícolas, la ganadería, el trabajo, la pesca, la alimentación con el
fin de ser ecológica, social, económica y culturalmente apropiadas a sus
circunstancias únicas. Esto incluye el derecho de real para la alimentación y
la producción de alimentos. 87. Soberanía y
autoabastecimiento regional productivo y alimentario. Por una agricultura con
diversidad de productores y diversidad de productos, que resulte ambientalmente
sustentable a lo largo de los años. Redefinir el perfil de la actividad
orientada a la exportación, la sobreexplotación de los recursos y los
perjuicios hacia la agricultura familiar. 88. Los Estados deben tener
una estrategia nacional para garantizar a todo el pueblo la seguridad y la
soberanía alimentaria que implique: garantizar el abastecimiento de alimentos
sustentables en los mercados internos urbanos y rurales, apoyo e incentivos a
la agricultura familiar y campesina que favorezcan la diversificación de
productos con más empleos en el sector rural y autonomía para los agricultores,
políticas que promuevan la transformación de los procesos productivos para
adecuarlos a las necesidades de la región de forma sustentable, regulación de
los mercados regionales, la importación y exportación de alimentos entre los
países de la región para que el intercambio se dé en condiciones de igualdad. 89. En el sector agropecuario
se debe producir con técnicas y tecnologías que garanticen la preservación de
los suelos, la eficiencia de recursos hídricos y métodos de cultivo no
contaminantes. En esta tarea, resulta de mayor importancia el rescate y
fortalecimiento de las prácticas tradicionales, originarias y orgánicas, las
innovaciones tecnológicas propias, considerando las
relaciones sociales y los contextos culturales de las áreas en los cuales se
desarrollan los cultivos. 90. Educación ambiental para
el consumo sustentable. Informar a la población sobre cuáles son los alimentos
transgénicos y si han sido utilizados agro-tóxicos. Desarrollo de la investigación y transferencia tecnológica regional91. Para superar las brechas
tecnológicas y desigualdades entre las naciones del Norte y las del Sur
expresadas tanto en el sistema de patentes y registros como en el desarrollo
técnico y científico, deben establecerse garantías para el acceso al
conocimiento y facilitarse los procesos de transferencia y acceso a la
tecnología por parte de los países menos desarrollados. 92. Fomento de instituciones
financieras regionales y subregionales que asistan a los países de la región
con financiamiento para desarrollos tecnológicos que apunten a la integración
regional y la complementariedad productiva. Estos procesos no deben generar
endeudamiento de las naciones del Sur. 93. Construcción de
indicadores nacionales y regionales confiables. 94. Fortalecimiento de los
sistemas de formación profesional, para recapacitación y reconocimiento de
saberes de trabajadores y trabajadoras afectados por incorporación de nuevas
tecnologías. Planes de capacitación en tecnologías de punta y tecnologías
ambientalmente amigables para microempresas y PyMEs. 95. Promover la inversión de
un mínimo del PBI de cada país en sectores que reduzcan el impacto ambiental de
la producción y actuando preventivamente sobre los desastres naturales. 96. Las tecnologías de la
información y las comunicaciones (TIC) constituyen un soporte imprescindible y
transversal del conjunto de la actividad productiva, política y cultural. Estas
tecnologías pueden ser aliadas para esta alternativa de desarrollo, a través de
la superación de las brechas sociales, de género, generacionales, racial, étnicas
y de clase. Por eso deben ser parte de las políticas de Estado orientadas a la
igualdad social. Planificación estatal y participative de la economía social y solidaria97. Propiciar políticas
estatales de financiamiento (como subvenciones y estrategias de inversión
colectivas, entre otras) con énfasis en la creación de un Fondo específico de
financiamiento a proyectos de la economía social y solidaria. Dicho fondo debe
priorizar la infraestructura, la asistencia técnica para planeamiento, gerencia
y mercadeo de los productos y servicios y
el apoyo a las etapas iniciales del capital de giro y los salarios de los
trabajadores. 98. Promover modelos y generar
elementos institucionales cooperativos, comunitarios y sociales para que los
agentes de la economía social puedan acceder a tecnología de punta y métodos
productivos con alto contenido tecnológico. 99. Programas de desarrollo
tecnológico, asistencia técnica e increment de la productividad en forma
respetuosa del medio ambiente. 100. Promoción del Desarrollo
Local a través de la implementación de proyectos que asocien a los agentes
económicos con énfasis en la economía solidaria. 101. Fortalecimiento de la
institucionalidad a través de la cual se canaliza el apoyo estatal tendiendo a
un organismo único de alto nivel que concentre la regulaciones y los apoyos a
la economía social y solidaria. Las cooperativas y la economía social no deben
ser utilizadas como vías de intermediación y fraude laboral. 102. Promoción de valores
cooperativos en las comunidades y territorios donde se desarrolla la economía
social y solidaria. 103. Acceso y priorización de
la economía social y solidaria en las compras públicas estatales. Deben
desarrollarse programas de compras públicas que garantice una reserva de
mercado en sus compras a los emprendimientos de la economía social y solidaria. III. Dimensión SOCIAL Trabajo Decente104. El Derecho al Trabajo
decente, con igualdad entre géneros,etnias y generaciones, sin discriminación
por discapacidad, orientación o identidad sexual, constituye el centro de la
estrategia de Desarrollo sustentable en las Américas y es uno de los componentes
fundamentals para la superación del modelo neoliberal. 105. Combate al trabajo en
condiciones de informalidad tanto en la economía informal como en la formal. Y
a la precarización, especialmente cuando surge de procesos de tercerización
(subcontratación y trabajo “por agencia”). Erradicación del trabajo forzoso,
del trabajo en condiciones análogas al trabajo esclavo y la trata de personas. Erradicación
del trabajo infantil. 106. Igual remuneración y
derechos por trabajo de igual valor y calificación. 107. La acción de la juventud
trabajadora y del movimiento sindical son factores claves tanto en el
potenciamiento y vitalización sindical como en la solución de los graves
problemas que afectan a los/las jóvenes en el mundo del trabajo en las
Américas. El acceso a un primer empleo con trabajo decente, debe ser una
prioridad para los Estados. El movimiento sindical y la juventud son sujetos
claves en la incidencia de las políticas públicas de empleo en cada país. 108. Los Estados deben ser
garantes de la legalidad, la promoción y protección de las normas fundamentales
del trabajo e intervenir en los períodos de crisis social o frente a fenómenos
naturales extremos para que se proteja a las y los trabajadores y a sus
familias, incluso a los propios trabajadores del Estado, los trabajadores
públicos. Promoción de Planes Nacionales de Trabajo Decente, construidos como
espacios de deliberación pública y diálogo social que incluyan: la
formalización del empleo con reconocimiento y garantía de sus derechos, la elaboración
de normas laborales para la juventud, el fortalecimiento económico, logistico, profesional,
técnico, fortalecimiento de los Ministerios de trabajo frente a la inspección
laboral, la generación de empleos formales con derechos, garantías para la negociación
colectiva, el ejercicio de la libertad sindical, la seguridad social universal
y diálogo social verdadero. 109. Vigorización del papel
normativo de la OIT como organism creado para dar igualdad a los desiguales, a
través de la ratificación y aplicación de sus convenios por todos los países
miembros, con una presencia sindical más protagónica. 110. Elaboración y ejecución
de Programas de cooperación focalizados a los países de las Américas con mayor
déficit de trabajo decente y menos desarrollo sindical. Libertad sindical y negociación colectiva efectivas111. Las y los trabajadores
tienen derecho a organizarse libremente, a elegir el tipo de estructura y
formas de representación, a ejercer el derecho a huelga, a negociar
colectivamente, a ser partícipes en la distribución de los beneficios; tanto en
el ámbito privado como en el público, el sector urbano y rural de la economía;
en los lugares y establecimientos de trabajo, a
nivel de la empresa, grupo de empresas, rama de actividad o cadena productiva;
a escala local, territorial, nacional, regional y trasnacional. 112. Fin de la persecución y
la violencia contra las y los trabajadores que se organizan y luchan. Independencia
y autonomía del movimiento sindical frente a las empresas y los gobiernos. Eliminación
de los seudo-sindicatos dominados por los empleadores. Prohibición del uso de
contratos de protección (acuerdos colectivos entre el empleador y un sindicato
controlado por el empleador) utilizados para obligar a las y los trabajadores a
unirse al sindicato de preferencia del empleador. Eliminación de restricciones
a la huelga, la imposición de arbitrajes obligatorios y mayor precisión en la
regulación de los servicios esenciales. 113. Promover la negociación
colectiva por la vía legislativa. La normativa no debe afectar la autonomía
colectiva de las organizaciones de las y los trabajadores ni el ejercicio de la
libertad sindical. 114. El Estado debe intervenir
para garantizar que las instituciones de Justicia regulen las situaciones
laborales legalmente ambiguas, el fraude empresarial, las relaciones
semiautónomas y la tercerización precarizadora. 115. Promover negociaciones en
ámbitos múltiples con coordinación y descentralización organizada. Aplicación
del efecto erga omnes o general para todo el ámbito de negociación. Favorecer
la incorporación de nuevos contenidos en la negociación colectiva. 116. Reconocimiento y
aplicación de la norma más favorable al trabajador. Reforzar el control de
cumplimiento mediante una adecuada inspección y dotación de recursos. 117. Incorporar el enfoque de
género a la negociación colectiva. Promover la participación de
las mujeres en los procesos de negociación y la regulación por esta vía de las
políticas de conciliación familia-trabajo con criterios de igualdad entre
géneros. Promover entre las mujeres y la juventud los beneficios de la
afiliación sindical, la representación sindical en el lugar de trabajo y la
negociación colectiva. Seguridad social universal y solidaria como Derecho fundamental118. Sistemas nacionales de
seguridad social, basados en los principios de universalidad, solidaridad y el
carácter público de las prestacione, financiados mediante contribuciones e
impuestos progresivos, en especial durante la niñez y la vejez. 119. La Seguridad Social para todas
y todos debe tener dos componentes: un pilar público básico, financiado con
impuestos progresivos y que proporcione beneficios a todas y todos; y un pilar public
contributivo, con financiación tripartita. Impulso y cumplimiento de las
propuestas contenidas en la Plataforma Sindical Continental de Seguridad Social
de la CSA (2010). 120. Implementación de una
estrategia múltiple de seguridad social basada en el establecimiento de una
pensión universal para todas y todos proporcionada por el Estado y financiada
con impuestos. Cada Estado debe comprometer un porcentaje del presupuesto
nacional para la extensión de la cobertura en la protección social entendida en
un sentido integral, con igualdad de género y atención a poblaciones
vulnerables. 121. Defendemos el Convenio
102 de la OIT como norma mínima de Seguridad Social y como referente normativo
internacional, al establecer criterios y reglas claras para la cobertura de las
nueve (9) contingencias básicas de la seguridad social: asistencia médica, enfermedad,
desempleo, vejez, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales,
asignaciones familiares, maternidad, invalidez y muerte. 122. Los Estados nacionales
deberán asegurar la protección social de toda la población. Las políticas de
protección social universal deben ser articuladas con políticas de generación
de empleo decente. El fin es evitar la cristalización de una sociedad dividida
entre quienes tienen trabajo y quienes son asistidos. De ese modo se combate de
forma efectiva la pobreza. 123. Financiamiento
sustentable de la seguridad social con justicia social. Establecimiento de
porcentajes de los Presupuestos Nacionales de cada país destinados a la
protección social. Destierro de los modelos fundados en la capitalización
individualista, el lucro privado y la especulación financiera. Establecimiento
de fuentes de financiación tripartite adecuadas con recursos del Estado,
impuestos progresivos al capital y a las grandes rentas, y contribuciones de
empleadores y trabajadores. 124. Las políticas de conciliación
de la vida laboral con la familiar deben ser contempladas como elementos de la
seguridad social. Políticas públicas específicas para las mujeres amas de casa
que hayan sufrido desequilibrio en el reparto de responsabilidades familiares,
y que se encuentren desprotegidas en términos de remuneraciones y protección
social. 125. Participación de las
organizaciones de las y los trabajadores en el diseño, implementación,
ejecución y control de las nuevas políticas de seguridad social basadas en
derechos, para todas y todos los trabajadores, sean estos de la economía formal
como informal, remunerados o no. Servicios públicos, colectivos y responsabilidad
empresaria en la provisión de cuidados. 126. Los aspectos de la
producción y los de la reproducción y el cuidado de la vida deben ser
reconocidos como trabajo y considerados seriamente en el proceso de superación
de las desigualdades de género. Reconocimiento del trabajo no remunerado y su
aporte al bienestar de las familias, las comunidades y los países. 127. Responsabilidad pública
compartida y redistribución justa entre géneros del trabajo doméstico y de
cuidado no remunerado. El Estado es responsable de promover políticas públicas
que reconozcan el carácter socialmente necesario de la reproducción del vivir y
que faciliten la conciliación de las responsabilidades familiares y de cuidado con
las laborales, compartiendo el trabajo doméstico y del cuidado a través de
servicios públicos de provisión de cuidados de calidad y accesibles a todas y
todos los trabajadores. 128. Incorporación del trabajo
doméstico y cuidado no remunerado en las Cuentas Nacionales y medición en los
sistemas estadísticos públicos. 129. Promoción de la política
de cuidado en tres ámbitos principales: a) en la empresa, evaluando la reducción
de la jornada de trabajo sin disminución de salarios para que se asuma como una
responsabilidad social de la empresa el derecho de las y los trabajadores a atender
las responsabilidades familiares y a obtener permisos maternales y paternales;
b) en la sociedad, fortaleciendo los sistemas públicos colectivos accesibles a
todos y todas para apoyar el cuidado de la niñez, las personas enfermas, con
discapacidad y adultas mayores; y c) implementar programas y campañas de
educación y sensibilización para de-construir la cultura e ideología
patriarcal, para valorar socialmente el trabajo reproductivo y que éste se
asuma entre varones y mujeres con un sentido de igualdad. 130. Implementar mecanismos
que valoren a las y los trabajadores remunerados del hogar, que se garanticen
el respeto de los derechos laborales y su equiparación con respecto al conjunto
de las y los trabajadores. Promoción de modelos anti patriarcales, equiparación de las responsabilidades del cuidado y el trabajo doméstico entre géneros131. Esta alternativa para el
Desarrollo no reproducirá los modelos de desigualdad de género anteriores y
vigentes; y apuesta a la superación del patriarcado como régimen de dominación
social. 132. Prevención y erradicación
de todo tipo de violencia contra las mujeres y ejercicio pleno de los derechos
sexuales y reproductivos. La condición de las mujeres sólo podrá transformarse
efectivamente en la medida en que se impulsen cambios en las formas de
producción y reproducción social, en las estructuras de poder y autoridad, y en
tanto se reconozca a las mujeres como agentes activos en los todos los procesos
sociales, económicos, culturales y políticos. 133. Las diferentes
modalidades y expresiones de violencia contra la mujer, impiden su desarrollo
individual, menoscaban sus derechos y limitan su participación pública,
económica, social y política. Por lo tanto se continuará
incidiendo en políticas y prácticas, a fin de desarrollar mecanismos para la
erradicación de todo tipo de violencia que son víctimas las mujeres. Continuar
promoviendo y profundizando la campaña continental “¡Basta ya! No más violencia
contra las mujeres”. 134. Creación y
fortalecimiento de las Comisiones Tripartitas de Igualdad de Oportunidades
entre hombres y mujeres en toda la región como mecanismo consultivo y promotor
del dialogo social, el trabajo decente y la protección a la maternidad y la
paternidad. 135. Dado el carácter “feminizado”
de los Programas de Transferencias Condicionadas (PTC), puede existir la
tentación de considerarlos una política pública para las mujeres. Si lo fueran,
deberían actuar sobre los elementos que retrasan la autonomía femenina y sobre los
principales obstáculos a la igualdad de género. Pero una Mirada cercana a estos
programas permite dudar al respecto y preguntarse si no son, como tantos otros,
programas destinados a las mujeres pero que carecen de perspectiva de género. 136. Garantía de los derechos
reproductivos de madres, padres y tutores biológicos, adoptivos y parejas del
mismo sexo. 137. Es imprescindible acabar
con la visión tradicional que divide el trabajo productivo del reproductivo, y
que responsabiliza por este último de forma naturalizada e individualizada a
las mujeres y a las familias. Información y educación pública para la
comprensión del principio de la igualdad de oportunidades y de trato entre
mujeres y hombres. Ciudadanía regional y derechos para los migrantes138. Reconocimiento de la
doble contribución al Desarrollo económico, social y cultural de los migrantes
tanto en el Estado origen como el Estado receptor. 139. Libre circulación de las
personas, de las y los trabajadores, derecho a migrar, a no migrar, a
permanecer o a retornar dignamente. Los y las migrantes, regularizados o no,
deben gozar de iguales derechos que los demás ciudadanos. 140. La opción de migrar no
debe tener que enfrentar barreras y obstáculos, ni los migrantes deben ser
objeto de criminalización. Los Estados deben garantizar el derecho a retornar
para los migrantes que decidan volver a su país de origen. Reconocimiento del
principio de no repatriación en los casos que involucren violación de los
derechos humanos en los países de origen, en casos de víctimas de terrorismo, de
tráfico y de trata de personas, explotación sexual y laboral, accidentes de
trabajo y represión por actividad política y/o sindical. 141. Establecimiento de un
sistema regional de validación de certificaciones profesionales y títulos de
educación formal; y fortalecimientos de los sistemas ya existentes, a fin de
garantizar el respeto de la calificación profesional y laboral alcanzada en los
países de origen de los migrantes. 142. Creación de mecanismos
regionales para eliminar abusos de la intermediación financiera con las remesas
de los trabajadores migrantes. 143. Constitución de sistema
de pensiones y seguridad social regional. Aplicación del Convenio Multilateral
Iberoamericano de Seguridad Social para invalidez, vejez y supervivencia, que
debe ser aprobado y aplicado con rango de Ley. 144. Ampliación, consolidación
y articulación de servicios públicos para las y los trabajadores migrantes:
trabajo y ofertas de empleo, información y tramitación de documentación,
normativa nacional y regional, alternativas de formación profesional, con el
fin de contribuir simultáneamente al combate de la informalidad laboral y a
desalentar la proliferación de agencias privadas de empleo para migrantes que
operan de manera ilegal. Políticas continentales de prevención y erradicación de todo tipo de violencia145. Políticas regionales para
erradicar y prevenir la criminalidad e inseguridad, la explotación infantil, la
trata de personas, el crimen organizado, el narcotráfico, los feminicidios y
todas las formas de impunidad que garantizan su continuidad. 146. Políticas de Estado en el
ámbito de las Américas para la eliminación de todas las formas de explotación
infantil, con un abordaje de carácter integral que garantice la asistencia de
los niños, las niñas y los adolescentes al sistema escolar público y gratuito
desde la edad preescolar. 147. Erradicar todo tipo de
actos discriminatorios hacia la orientación sexual, apariencia o condición
física, creencia religiosa o filiación política. 148. Descriminalización de la
juventud y activa participación de las y los jóvenes en la construcción de la
seguridad de nuestros pueblos. Ampliación del espacio político de la juventud
trabajadora para su organización y el empoderamiento como sujeto activo,
social, sindical y político. 149. Impulsar el programa de
la CSI, Alianza Sindical Global contra el Trabajo Forzoso y la Trata de Personas
para promover el respeto por los derechos fundamentales de los trabajadores. Educación pública, gratuita, universal, laica, intercultural y de excelencia académica en todos los niveles150. La educación es un
derecho humano de toda persona, que se da a lo largo de la vida. Debe
constituirse en palanca del desarrollo. Debe ser pública, gratuita, laica, de
calidad, garantizando lo más avanzado del conocimiento y la formación integral. 151. La política educativa
debe estar fundada en un concepto y una metodología horizontal y democrática
para la interpretación y transformación de la realidad, y debe ser reconocida
como una inversion social. La formación técnica y profesional debe responder a
las estrategias de desarrollo integral y sustentable de nuestras sociedades. Rechazamos
el enfoque mercantil e instrumental que tiene como estrategia formar máquinas
para el mercado de trabajo. 152. La educación formal debe
comprenderse y desarrollarse desde una política pública que integre el enfoque
de una educación para la vida, a lo largo de la vida, integral, continua,
laica, obligatoria, gratuita, pública, intercultural, de excelencia académica,
con igualdad de oportunidades y de acceso para todas y todos. Los Estados deben
garantizar el acceso y la permanencia de mujeres y hombres para el ejercicio
pleno de la ciudadanía. 153. Incorporación en los
programas de estudios y sus contenidos curriculares sobre los derechos
laborales, la libertad sindical, la negociación colectiva, la seguridad social
de las y los trabajadores, los principios y valores de la economía social y
solidaria, desde una perspectiva de igualdad entre géneros, etnias, pueblos
originarios y generaciones. 154. Docentes calificados/as,
actualización continua con buenas condiciones de trabajo (salario y condiciones
dignas de trabajo, oportunidades de calificación, infraestructura adecuada) son
la base de un sistema educativo de calidad. Además, es importante facilitar en
los centros educativos, la creación de comunidades de aprendizaje donde las y
los docentes interactúan, conviven, aprenden, crean nuevos conocimientos y de
esa manera mejoran la calidad educativa y fortalecen las instituciones
educativas. 156. Ampliación de los
programas de educación y de formación profesional, diseñados con una perspectiva
de género e inclusion de los y las jóvenes, buscando la formación permanente y
continua, así como la adquisición de las calificaciones para insertarse en el
mundo del trabajo. 157. Erradicación del trabajo
infantil y de la explotación familiar como trabajo no remunerado mediante la
universalización de la educación, el combate al analfabetismo y la deserción
escolar. 158. El sindicalismo de las
Américas se propone desarrollar alianzas estratégicas con instituciones de
educación para incidir en la educación formal y en la formación profesional. Sistema de atención pública, universal e igualitaria de la Salud159. Prevención y atención
universal e igualitaria de la Salud y sus familias, en todos los lugares de
trabajo y territorios habitacionales. La atención primaria es el primer nivel
estructural para conservar la salud desde el concepto de la OPS-OMS que
compartimos. Institucionalización del nivel de prevención y atención primaria
en salud. Construcción de un seguro social único de financiamiento a los servicios
de salud que se base en la lógica de aporte por ingresos (sea a través de la seguridad
social o de la fiscalidad) y el acceso esté desligado de dicho aporte y
determinado por las necesidades de las personas (edad, sexo, localización
geográfica, etc.) 160. Acceso a un paquete de
vacunas y medicamentos esenciales de calidad conforme lo demande el perfil
epidemiológico como estrategia de aseguramiento de la salud como derecho
colectivo. Estímulo a la producción regional y pública de medicamentos y quiebre
de patentes. 161. Rechazo de las lógicas
empresariales que deshumanizan los servicios en el sistema público de salud y
de los modelos de asociación público-privado, más costosos que el desarrollo
público de los servicios, y que, además, disminuyen la calidad. 162. Sistema de salud sin
discriminación, con una perspective de igualdad de género, de orientación e
identidad sexual, étnica y religiosa, de capacidades físicas y de edad. Eso
incluye el derecho de las mujeres a elegir sobre su propio cuerpo y no ser
penalizadas por causa de interrupción voluntaria del embarazo. Lugares de trabajo sanos y seguros163. La salud laboral es un
Derecho humano fundamental. Se construye en un ambiente de trabajo adecuado,
con condiciones de trabajo justas, donde trabajadoras y trabajadores puedan
desarrollar una actividad con dignidad y donde sea posible su participación
para la mejora de las condiciones de salud y seguridad. Impulso y aplicación de
las propuestas contenidas en la Estrategia sindical en Salud Laboral Para las
Américas de la CSA (2012). 164. Fortalecimiento de
tripartismo y dialogo social en salud laboral. 165. Adecuada inspección y
control, para hacer visible lo invisible. Promover la estrategia de salud
laboral en todas las relaciones laborales involucradas en la realización de una
actividad, incluyendo a las tercerizaciones y subcontrataciones. 166. Implementación de un
sistema integral de riesgos laborales y enfermedades profesionales, incluyendo
la salud mental, que tenga como eje prioritario universal a la prevención. Exigimos
lugares de trabajo sanos y seguros. 167. Articulación de las
políticas de acceso a la salud con la capacitación en materia medioambiental y
las exigencias a los gobiernos y empresas en cuanto a las regulaciones de
materiales y químicos que se corresponden o no emplearse en cada actividad
económica. 168. Adecuada inspección y
control con perspectiva de género. Instituciones públicas nacionales de
inspección y control fuertes y eficaces para el cumplimiento de las
obligaciones preventivas y sanction para las empresas. Reforzar órganos
técnicos de salud laboral. 169. Creación de sistemas
confiables de información, registro y notificación de accidentes y enfermedades
por parte de los gobiernos con participación sindical, respetando el derecho de
confidencialidad. Diseño e implementación de encuestas sobre las condiciones de
trabajo. 170. Participación en los
centros de trabajo de los delegados sindicales para la mejora de las
condiciones y medio ambiente de trabajo. 171. Una estrategia nacional
de defensa de la salud y seguridad de la vida de las y los trabajadores debe
tomar en cuenta el influjo e impacto del cambio climático. IV. Dimensión AMBIENTAL Justicia Ambiental172. Ningún grupo de personas,
pueblo o nación debe soportar una cuota desproporcionada de las consecuencias
ambientales negativas del actual modelo de desarrollo. Demandamos una política
ambiental para enfrentar las asimetrías tanto a nivel nacional, entre clases sociales,
como a nivel internacional, entre las naciones del Norte y del Sur. Todas las
naciones tienen derecho a un desarrollo sustentable. 173. Reconocimiento que el
principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas (PRCD) y las
diferentes capacidades, son la piedra angular del régimen internacional del
cambio climático y para superación del impase climático. Resulta crucial la
identificación de los responsables de los mayores daños sobre quienes deben
recaer las mayores cargas relativas a las iniciativas de adaptación y
mitigación. Se tendrá que aportar claridad en (1) los objetivos de reducción de
emisiones, (2) la adaptación, (3) el apoyo (financiero, tecnológico y humano),
fortalecer su compromiso con la (4) Transición Justa y desarrollar (5) normas
comunes. 174. Acceso público e
igualitario por parte de todos los pueblos al goce de los bienes comunes, la
naturaleza y los espacios verdes. Esta distribución debe ser equitativa entre
países y al interior de cada país y debe resguardar las soberanías nacionales. Defensa y preservación de los Bienes comunes175. Los bienes comunes son
aquellos elementos naturales o socialmente construidos que se caracterizan por
ser de carácter colectivo y transgeneracionales. Son bienes comunes la
biodiversidad, el agua, las semillas, los bosques, la energía y el conocimiento. 176. Garantías a la soberanía
y autodeterminación de los pueblos sobre los bienes comunes. Constitución de
instancias de participación y decisión democráticas. Los estándares de cuidado
del medio ambiente no deben convertirse en excusas para la mercantilización de los
bienes comunes. 177. El Estado debe garantizar
el carácter público de los bienes comunes y el goce colectivo y equitativo de
los mismos, su defensa y preservación. 178. Contra la mega-minería a
cielo abierto. El agua como Derecho humano179. El agua y el saneamiento
son un bien común, esencial para la vida, un derecho humano universal. Acceso
universal al agua potable y saneamiento básico de calidad. Reafirmamos nuestra
oposición a la privatización del agua. 180. El Estado tiene el deber
de garantizar el acceso efectivo al agua mediante servicios de agua potable y
saneamiento en manos públicas y comunitarias, con participación de las y los
trabajadores. Regulación y control del uso del agua para uso industrial. Impulsar
una nueva visión de mediano y largo plazo sobre la gestión integral del bien
agua. 181. Preservación de las
cabeceras de cuencas, lagunas, páramos, glaciares y espejos, a través de
controles a los grandes asentamientos mineros que están vinculados
intrínsecamente a las cabeceras de cuencas. Tratamiento integral de efluentes
dentro los megas proyectos mineros, metalúrgicos, residuales y otros, para
proteger y resguardar las cualidades de los recursos hídricos subterráneos de
las aguas continentales. 182. Preservación de las zonas
marino costeras nacionales y de las aguas profundas. Protección a la actividad
pesquera racional, con Desarrollo acuícola sustentable, empleo digno, para el
consumo popular. Producción con participación de las comunidades en proyectos
sustentables. Zonificación de reservas extractivas marítimas en las costas nacionales.183. Impulsar una nueva visión
sobre la gestión integral del agua. Despertar la conciencia y apoyar
iniciativas tendientes a propiciar la valoración del agua, la disminución de su
desperdicio y contaminación. Promover la visión de cuenca. Soberanía y democratización energética con matriz sustentable.184. La superación de la
crisis energética es un asunto central en la construcción de un modelo
alternativo para la región, siendo que ella concentra una matriz energética
variada y de mucho peso en la dinámica económica de nuestros países. La
construcción de una matriz energética sustentable requiere la consideración de
cuestiones ambientales tanto globales – cambio climático, agotamiento de
recursos energéticos, etc., como locales – contaminación, pérdida de la biodiversidad,
entre otros. 185. Universalización del
acceso a la energía en todas las regiones. 186. Reformulación y
diversificación de la matriz energética, de manera tal que se base en
tecnologías limpias, renovables y en bajas emisiones de gases de efecto
invernadero. 187. Elaboración de un
inventario que posibilite el examen y evaluación de los rasgos de las matrices
energéticas de cada país, sus usos y sus dependencias, desalentando el
desperdicio. 188. La demanda por
hidrocarburos no debe ser una excusa para la explotación de recursos no
convencionales a través de técnicas contaminantes que afectan e impactan
negativamente en las poblaciones locales. A su vez, su instrumentación vía
acuerdos con empresas extranjeras no deben poner en riesgo las soberanías
energéticas y el control democrático sobre los recursos hidrocarburíferos. 189. La reformulación de las
matrices energéticas debe basarse en evaluaciones y estudios precautorios sobre
posibles impactos, en términos ambientales, sociales y culturales. 190. Viviendas y edificaciones
dignas de alto rendimiento y que minimicen la pérdida de energía. 191. Restricciones más
estrictas a las licencias para el otorgamiento de concesiones a los proyectos
energéticos, asegurando procesos de diálogo social y consulta previa con las
poblaciones afectadas. 192. Reducción gradual de la
dependencia de combustibles fósiles mediante transformaciones al interior de
cada actividad económica. 193. Ampliar inversiones en
los modelos alternativos y no contaminantes de combustibles, tales como los
biocombustibles. Estos pueden ser considerados como una alternativa más de
energía, en pos de profundizar la diversificación, siempre y cuando su
desarrollo no desplace la producción de alimentos. Una transición justa194. La Transición Justa
constituye la propuesta prioritaria del movimiento sindical frente a las
consecuencias negativas del cambio climático sobre los pueblos. Se define como
el conjunto de políticas diseñadas para asegurar que la transición y el camino
hacia una producción con bajas emisiones de gases de efecto invernadero,
ofrezca al mismo tiempo oportunidades a las y los trabajadores y a las
comunidades implicadas. Con la finalidad que no sean ellas y ellos quienes paguen
los mayores costos de las consecuencias negativas ocasionadas por cambios de
los cuales no son los mayores responsables. 195. Inversiones urgentes y
consistentes para un desarrollo a largo plazo de aquellos sectores económicos
sostenibles y de bajas emisiones, con el objetivo de generar trabajo decente,
dialogo social y consulta democrática de las partes interesadas. 196. Investigación y
evaluación temprana de los impactos socials y de los efectos en el empleo. Capacitación
y desarrollo de capacidades de los trabajadores y comunidades, con consulta
previa e informada que no sean meras formalidades. 197. Crear agendas de
transición justa a nivel global, regional y nacional. Establecer contenidos de
protección social en los programas de transición justa comunes para toda la
población trabajadora, garantizando el trabajo decente para la región. 198. Defendemos que tenga
lugar una transferencia real de tecnología con impacto en el proceso de cambio
climático. La transferencia de tecnología debe ser efectiva en pos del
desarrollo sustentable de los países receptores. Las patentes no pueden ser un
impedimento para ello y, a su vez, la tecnología transferida no pude generar
dependencia, ni deuda externa. 199. Los gobiernos deben
consultar, planificar e implementar una estrategia de transición justa que
proteja a los más vulnerable y los que se encentran en situación de riesgo
tanto de los efectos del cambio climático, como de las medidas de mitigación y
adaptación para combatirlo. Deben además asegurar la participación del
movimiento social y sindical en el diseño, monitoreo y verificación. 200. Proponemos que todos los
países de la región tengan una estrategia nacional frente al cambio climático
acorde con sus responsabilidades, que incluya garantías presupuestarias para su
financiación e implementación con participación de las organizaciones
sindicales en la formulación de las políticas de adaptación y mitigación. 201. Los Estados con mayores
responsabilidades históricas en la depredación ambiental y emisión de gases de
efecto invernadero deben asumir mayores costos para la adaptación y mitigación. 202. Promover acciones de
reconversión y transición para sectores de la economía que más contaminan el
medio ambiente y asegurar sistemas de protección de los derechos de las y los
trabajadores en los procesos de cambio. 203. Establecimiento de
políticas de ordenamiento territorial que regulen las inversiones con enfoque
de sustentabilidad y restricciones ambientales. Fomento de una industrialización
con tecnologías sostenibles. 204. Incentivos fiscales para
las empresas que inviertan en reconversion hacia tecnologías más limpias. Nuevo paradigma de producción, distribución y
consumo con sustentabilidad ambiental presente y futura.
205. Fortalecimiento de
relaciones sociales y económicas que promuevan el equilibrio socio-ambiental
con involucramiento y participación de los trabajadores y trabajadoras, de
campesinos y campesinas, pueblos originarios y comunidades indígenas. Desarrollar
tecnologías que eviten el uso de insumos y técnicas productivas generadoras del
cambio climático y la desertificación, y que en cambio contribuyan a la
producción en un nuevo paradigma de sustentabilidad. 206. Repensar integralmente el
transporte de pasajeros y mercancías. Descentralizar la producción para reducir
las distancias entre los centros de producción y los de consumo, minimizando el
gasto de energía. Transporte público de excelencia con tecnologías limpias para
reducir el uso de medios de desplazamiento individuales, superando la
dependencia del transporte motorizado de baja relación entre pasajeros/as y
consumo de combustible. Desarrollar planes de movilidad colectiva con
participación sindical. 207. Interculturalidad,
reconocimiento de saberes y prácticas ambientales, protección de nuestros
recursos genéticos contra la biopiratería. 208. Promover una legislación
que incorpore principios precautorios que implican que determinados productos
no puedan ser utilizados masivamente hasta tanto no haya pruebas fehacientes de
que no dañan el ambiente o la salud humana y animal. 209. Por un nuevo paradigma de gestión de materiales, con énfasis en el reciclaje y en la reutilización de los productos, que no ponga en riesgo el medio ambiente ni la generación de trabajo decente. Demandar restricciones a la obsolescencia programada de las mercancías, bienes y servicios producidos, teniendo en cuenta los impactos, procesos de desmaterialización y tratamiento de los residuos generados.
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